miércoles, 1 de mayo de 2013

PRIMERO DE MAYO DÍA MUNDIAL DEL TRABJO


 BREVE RESEÑA SOBRE EL DÍA MUNDIAL DEL TRABAJO 
                                                                               

Que pena que en pleno siglo XXI, los trabajadores estén perdiendo derechos adquiridos en el siglo XIX, muy triste, sobre todo cuando cantidad de gente trabajadora mañana tiene que trabajar como cualquier otro día,solo para seguir llenando las arcas de patrones avaros e inhumanos. Si eso esta sucediendo aquí en Europa, pero más exactamente en España, conozco de muy cerca el caso de gente que trabaja mañana pero el día no se lo pagan como festivo, es decir los están robando descaradamente. Hasta donde llegara este país? hasta donde la gente de la calle seguirá perdiendo sus derechos? hasta que España sea un país de mano de obra barata?. Permitame contarles que  en España jamas han habido salarios justos siempre hemos estado por debajo de la media Europea, lo que ahora quieren los empresarios es que les regalen el trabajo para ellos seguir llenándose los bolsillos con el esfuerzo del trabajador. Si así es los trabajadores que solo descansan un día en la semana y no les pagan los festivos, eso es robo al trabajador que no denuncia por miedo a la perdida del empleo, o los empleos que ahora se inventaron APRENDIZ DE DEPENDIENTA,  saben para que? PARA PAGARLES SOLO LA MITAD DE LO QUE LE PAGARÍAN A UNA DEPENDIENTA. Así podría denunciar miles de casos, pero claro para los empresarios ladrones no hay inspecciones de trabajo,no sobre todo si el restaurante esta ubicado en barrios como la Moraleja, imposible molestar a estos distinguidos empresarios, o si los que tienen aprendices de dependientas son las grandes marcas, donde un vestido te cuesta más que el
salario de la aprendiz. Bueno amigos aquí les dejo la reseña histórica que parece que de nada  sirvió que unos cuantos se hayan dejado la vida para lograr los derechos que hoy se les arrebata al trabajador sin ni siquiera sonrojarse.

En noviembre de 1884 se celebró en Chicago el IV Congreso de la American Federation of Labor, en el que se propuso que a partir del 1º de mayo de 1886 se obligaría a los patronos a respetar la jornada de 8 horas y, si no, se iría a la huelga.
En 1886, el Presidente de los Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la llamada Ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo diarias. Como esta ley no se cumplió las organizaciones laborales y sindicales de Estados Unidos se movilizaron. Llegada la fecha, los obreros se organizaron y paralizaron el país productivo con más de cinco mil huelgas.
El episodio más famoso de esta lucha fue el funesto incidente de mayo de 1886 en la Haymarket Square de Chicago: durante una manifestación contra la brutal represión de una reciente huelga una bomba provocó la muerte de varios policías. Aunque nunca se pudo descubrir quién fue el responsable de este atentado, cuatro líderes anarquistas fueron acusados, juzgados sumariamente y ejecutados.
En julio de 1889, la Segunda Internacional instituyó el "Día Internacional del Trabajador" para perpetuar la memoria de los hechos de mayo de 1886 en Chicago. Esta reivindicación fue emprendida por obreros norteamericanos e, inmediatamente, adoptada y promovida por la Asociación Internacional de los Trabajadores, que la convirtió en demanda común de la clase obrera de todo el mundo.
El Congreso de París de la Segunda Internacional acordó celebrar el "Día del Trabajador" el 1º de mayo de cada año.
Desde 1890, los partidos políticos y los sindicatos integrados en la Internacional han dirigido manifestaciones de trabajadores en diversos países en petición de la jornada de 8 horas y como muestra de fraternidad del proletariado internacional.
Este origen reivindicativo y de lucha obrera se asocia con el 1º de mayo, cuya celebración ha pasado por diversos avatares según el país y su régimen político. En la actualidad, casi todos los países democráticos lo festejan, mientras que los sindicatos convocan a manifestaciones y realizan muestras de hermandad.
En 1954, la Iglesia católica, bajo el mandato de Pío XII, apoyó tácitamente esta jornada proletaria, al declarar ese día como festividad de San José obrero.
Durante el siglo XX, los progresos laborales se fueron acrecentando con leyes para los trabajadores, para otorgarles derechos de respeto, retribución y amparo social.
En Argentina, entre las leyes sociales, se pueden citar: la ley 4661 de descanso dominical; la ley 9688, que establece la obligación de indemnizar los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales aunque no medie culpa patronal; la ley 11.544, que limita la jornada laboral a 8 horas y la "Ley de despido", que trata del preaviso y de las indemnizaciones correspondientes.
En nuestro país el 1º de mayo es feriado nacional por la Ley 21329 de Feriados Nacionales y Días no Laborables.


Relato de la ejecución

"...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas plateadas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos... abajo la concurrencia sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... plegaria es el rostro de Spies, firmeza el de Fischer, orgullo el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita que la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora... los encapuchan, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos cuelgan y se balancean en una danza espantable..."

José Marti (Corresponsal en Chicago de "La Nación" de Buenos Aires

El 11 de noviembre de 1887 se consumó la ejecución de Albert Parsons (estadounidense, 39 años, periodista), August Spies (alemán, 31 años, periodista), Adolph Fischer (alemán, 30 años, periodista) y Georg Engel (alemán, 50 años, tipógrafo). Louis Linng (alemán, 22 años, carpintero) se había suicidado antes en su propia celda. A Michael Swabb (alemán, 33 años, tipógrafo) y Samuel Fielden (inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil) les fue conmutada la pena por cadena perpetua y Oscar Neebe (estadounidense, 36 años, vendedor) fue condenado a 15 años de trabajos forzados.

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